Pollensa es una de las poblaciones más hermosas de la isla de Mallorca , tanto por su entorno urbano, como por el geográfico, siendo la bahía homónima una de las más espectaculares del país. Una buena manera de poder apreciar ambos parajes es haciendo el camino del calvario. Se trata de un paseo con 365 escalones, uno por cada día del año, que van desde Pollensa, pueblo, hasta la Capilla del Calvari, que se encuentra en la cima.
Este templo de planta elíptica y ábside semicircular fue construido a finales del siglo XVIII en la colina situada dentro del casco urbano de Pollensa y son los 365 escalones los que conducen a este lugar desde el centro del pueblo. Un buen paseo desde el que se puede apreciar -a ambos lados- la arquitectura local y los negocios y bares que radican a su paso y en los que se puede uno parar a tomar algo.
El ascenso en sí desde Pollença hasta la Capilla del Calvari no es muy difícil y merece la pena hacerlo ya que desde arriba se pueden admirar las fantásticas vistas de la población y su entorno natural: la espectacular bahía de Pollença.
Al subir los escalones, también se pueden admirar los cipreses que se encuentran a ambos lados de los peldaños y cuya sombra se agradece los días de sol. Igualmente se encuentran algunos bancos por el camino para aquellos que necesiten un pequeño descanso durante el ascenso.
El interior del Calvari conserva una bella escultura del siglo XVI que representa a un Cristo crucificado con la virgen a sus pies. Según cuenta la leyenda, la talla de madera de la virgen fue encontrada por unos pescadores flotando a la deriva sobra las aguas de la Cala Sant Viçent.
La población de Pollensa cobra especial interés durante la Semana Santa, ya que durante esta festividad tiene lugar el llamado “descenso del Viernes Santo“, una ceremonia declarada de interés turístico desde 1968.
El ritual en cuestión consiste en desclavar la figura de Cristo del Oratorio y llevarlo en procesión a la parroquia de La Mare de Deu del Àngels, una iglesia medieval construida por los caballeros templarios. Pero no hace falta viajar a Mallorca en Semana Santa para disfrutar de este hermoso sitio, ya que en cualquier época del año las vistas desde la cima son impresionantes.
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